Gilberto Lobato
El mundo, cada vez más, pide que cada uno sea responsable de
la conservación de los recursos naturales. La ecología y el desarrollo
sostenible son conceptos conocidos por muchas personas, quizás millones. La
convivencia integral con la naturaleza no existe en las sociedades de los
países desarrollados. Es importante conocer otras culturas, que tienen su
propia forma de vivir y de hacer frente a los desafíos de la vida. Ese gesto de
constante aproximación, es la única forma de intentar respetar nuestro
hogar, la Tierra.
La convivencia respetuosa con la naturaleza es un valor
ecológico cuyos expertos no están en ninguna universidad formal. Se trata de un
valor, un compromiso, transmitido de forma oral durante miles de años,
compartido por personas que han experimentado vivir de la selva y para ella.
Sólo las sociedades indígenas de la región amazónica tienen la tecnología
(técnicas adaptadas de agricultura, artesanía, caza, arte, ocio) necesaria para
subsistir allí, sin destruir el entorno. Han acumulado esos conocimientos en
miles de años. Mientras estén en la
selva amazónica, ella existirá. Sin ellos, ella desparecerá, porque será
invadida por personas que no tienen su tecnología ni su cultura, es decir, por
personas torpes en la selva.
La región Amazónica es la quinta parte de la reserva de agua
del mundo. Se le considera metafóricamente el pulmón de la tierra, debido a su
contribución a la eliminación de dióxido de carbono y otras sustancias que no
se pueden acumular en nuestro aire si queremos vivir. La Amazonia está
disminuyendo día a día, así como la población indígena.
Es difícil asumir que se han estudiado poco las culturas
indígenas. ¿Sabemos cómo cultivan la tierra, cómo cazan, qué historia tienen? A
pesar de no tener tradición escrita, hay yacimientos arqueológicos que
demuestran que las sociedades indígenas están allí en la región amazónica desde
hace más de 10.000 años. A través del rastro que ha dejado su vida en todos
esto años, uno entiende que la región amazónica es un inmenso jardín, cultivado
lenta y cuidadosamente, que sólo tiene sentido con los pueblos indígenas vivos.
Quedan alrededor de 200.000 jardineros
vivos; hace siglos eran millones.
Muchas personas piensan que son sociedades menos
desarrolladas. Eso sólo va a hacer que permitamos que desaparezcan, y con ellos la Amazonia: río, jardín y sus
jardineros.
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