sábado, 30 de junio de 2012



Soledad Pérez

Es probable que haya visto la palabra “ecológico” en la frutería del supermercado de su barrio, o quizás en el menú del restaurante en el que se describía el sabroso filete que acabó pidiendo.
Pero tal vez se está preguntando qué significa “agricultura ecológica” en lo referido a la producción de alimentos, o si se trata de un sistema fiable.
Los productos ecológicos, también llamados biológicos, orgánicos o bio, son aquellos productos naturales obtenidos sin la utilización de productos químicos. Estos productos naturales, ya sean procesados o no, productos cárnicos, agrícolas, vinos y bebidas, no pueden presentar residuos químicos.

La oferta de alimentos del mundo moderno es cada vez más especializada y sofisticada. Cada día aparecen en los mercados nuevas gamas de productos con propiedades alimenticias o medicinales. La incorporación de bifidus, vitaminas, ácidos de distintos rangos, etc., es ya algo habitual en la elaboración de los alimentos. A pesar de esta sofisticación, muchos consumidores perciben que la mayoría de los alimentos están perdiendo sus características tradicionales más elementales: el color, el sabor y sus propiedades nutricionales. Ante esta situación muchos consumidores se preguntan si “el pan es pan y el vino es vino”.

Uno de los principales objetivos de la producción ecológica es la producción de alimentos con sabores, texturas y cualidades atractivas y auténticas, además de aportar un contenido en proteínas, minerales, vitaminas,… muy superior al de alimentos convencionales. Hipócrates (célebre médico griego) dijo: “que tu alimento sea tu mejor medicina”.

Es por ello que en los últimos años se ha producido en la Unión Europea un incremento espectacular de la producción y consumo de alimentos ecológicos. Según datos de la Sociedad Española de Agricultura Ecológica, España es el segundo país europeo productor de alimentos ecológicos, por detrás de Alemania, y el octavo del mundo, si bien de momento exporta el 85% de ellos. Y es que el consumo nacional todavía no llega al 1% de la cesta de la compra, frente al 5% de otros países.

Los consumidores de alimentos orgánicos apuestan fielmente por un estilo de vida cuyos pilares son la salud y la sostenibilidad ecológica, económica y social, independientemente de las limitaciones de la crisis.

Aval de calidad biológica
La certificación ecológica es un procedimiento que permite verificar si un proceso productivo cumple con los estándares orgánicos. En consecuencia, cada Estado Miembro ha designado un número de autoridades públicas y/u organismos de inspección privados autorizados (en España cada comunidad posee un Consejo Regulador), que inspeccionarán a los productores, transformadores e importadores por lo menos una vez al año, con el fin de asegurar que cumplen con la normativa vigente.

Los productos deben incluir en su etiquetado un logo europeo (Fig.1), acompañado por el número del código del organismo o autoridad de control y una contraetiqueta de la comunidad autónoma elaboradora (Fig.2), que garantiza que un producto ha sido elaborado siguiendo las prácticas apropiadas y son un aval de la calidad ambiental de los productos ecológicos.










AB-CDE-999
EU Agriculture
Fig. 1. Logo Europeo














Fig. 2. Contraetiqueta de producción en agricultura biológica de la Comunidad Valenciana.

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