Es probable que haya visto la palabra
“ecológico” en la frutería del supermercado de su barrio, o quizás en el menú
del restaurante en el que se describía el sabroso filete que acabó pidiendo.
Pero tal vez se está preguntando qué
significa “agricultura ecológica” en lo referido a la producción de alimentos,
o si se trata de un sistema fiable.
Los
productos ecológicos, también llamados biológicos, orgánicos o bio, son aquellos
productos naturales obtenidos sin la utilización de productos químicos. Estos
productos naturales, ya sean procesados o no, productos cárnicos, agrícolas,
vinos y bebidas, no pueden presentar residuos químicos.
La oferta de alimentos del
mundo moderno es cada vez más especializada y sofisticada. Cada día aparecen en
los mercados nuevas gamas de productos con propiedades alimenticias o
medicinales. La incorporación de bifidus, vitaminas, ácidos de distintos
rangos, etc., es ya algo habitual en la elaboración de los alimentos. A pesar
de esta sofisticación, muchos consumidores perciben que la mayoría de los
alimentos están perdiendo sus características tradicionales más elementales: el
color, el sabor y sus propiedades nutricionales. Ante esta situación muchos
consumidores se preguntan si “el pan es pan y el vino es vino”.
Uno de los principales
objetivos de la producción ecológica es la producción de alimentos con sabores,
texturas y cualidades atractivas y auténticas, además de aportar un contenido
en proteínas, minerales, vitaminas,… muy superior al de alimentos
convencionales. Hipócrates (célebre médico griego) dijo: “que tu alimento sea
tu mejor medicina”.
Es por ello que en los
últimos años se ha producido en la Unión Europea un incremento espectacular de la
producción y consumo de alimentos ecológicos. Según datos de la Sociedad Española
de Agricultura Ecológica, España es el segundo país europeo productor de
alimentos ecológicos, por detrás de Alemania, y el octavo del mundo, si bien de
momento exporta el 85% de ellos. Y es que el consumo nacional todavía no llega
al 1% de la cesta de la compra, frente al 5% de otros países.
Los consumidores de
alimentos orgánicos apuestan fielmente por un estilo de vida cuyos pilares son
la salud y la sostenibilidad ecológica, económica y social, independientemente
de las limitaciones de la crisis.
Aval de calidad
biológica
La certificación ecológica
es un procedimiento que permite verificar si un proceso productivo cumple con
los estándares orgánicos. En consecuencia, cada Estado Miembro ha designado un
número de autoridades públicas y/u organismos de inspección privados
autorizados (en España cada comunidad posee un Consejo Regulador), que
inspeccionarán a los productores, transformadores e importadores por lo menos
una vez al año, con el fin de asegurar que cumplen con la normativa vigente.
Los productos deben incluir
en su etiquetado un logo europeo (Fig.1), acompañado por el número del código
del organismo o autoridad de control y una contraetiqueta de la comunidad
autónoma elaboradora (Fig.2), que garantiza que un producto ha sido elaborado
siguiendo las prácticas apropiadas y son un aval de la calidad ambiental de los
productos ecológicos.
AB-CDE-999
EU Agriculture
Fig. 1. Logo Europeo
Fig. 2. Contraetiqueta de producción en agricultura biológica de la Comunidad Valenciana.
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